Si estás buscando una estrategia que te pueda ayudar a alcanzar tus metas financieras y a construir tu patrimonio personal, tienes que conocer la regla 50/30/20. Se trata de dividir tus ingresos después de impuestos y asignarlos para gastar de la siguiente manera: 50% en necesidades, 30% en deseos y 20% en ahorros. Deja te  explico cómo funciona este plan de presupuesto fácil de seguir:

• 50% en necesidades y obligaciones.

Las necesidades son esas facturas y recibos que  debes pagar forzosamente. Lo básico para vivir.

Estos incluyen pago de alquiler, pagos de hipotecas, alimentos, transporte, atención médica y suministros.

• 30% en deseos.

Los deseos son todas las cosas que no son absolutamente esenciales.

Incluyen actividades de ocio y pasatiempos, vacaciones, cenas y salidas al cine, boletos para eventos,  dispositivos electrónicos de última generación, etc.

Básicamente, los “deseos” son todos esos pequeños extras en los que gastas dinero y que hacen la vida más agradable y entretenida; cosas que quieres pero no necesitas para vivir.

• 20% en ahorros.

El 20% de tus ingresos netos deberían ser destinados a ahorros e inversiones para:

– Mejorar tu estilo de vida actual.

-Construir tu plan de jubilación.

– Dejar una herencia a tu familia.

Una vez que hayas planificado tu estrategia de ahorro, debes implementar tus decisiones de inversión.

Hay varias formas en las que puede elegir utilizar tus ahorros:

• -Depositar tu dinero en una cuenta de ahorros bancaria.
• -Comprar acciones en la bolsa de valores.
• -Invertir en bonos.
• -Comprar una propiedad inmobiliaria.

Debes analizar los tres aspectos clave de todas las estrategias de inversión antes de decidir dónde colocar tu dinero: perspectiva a corto o largo plazo, tolerancia al riesgo y rendimiento.

1. Cuenta de ahorros

Es la opción menos arriesgada a corto plazo, pero también la menos rentable para invertir tu dinero.

La tasa de interés de una cuenta de ahorro en México oscila entre 0.85% y 2.70%, antes de impuestos sobre la renta. Con una tasa de inflación actual del 6%, verás tu riqueza reducida por el poder adquisitivo de tu dinero.

2. Bonos

Puedes usar tus ahorros para comprar bonos corporativos o gubernamentales.

Generalmente, pagan una tasa fija de interés nominal. También existen bonos con tipo de interés variable, así como los denominados bonos cupón cero (valores sin interés nominal y sin tipo de interés recurrente), donde la rentabilidad es la diferencia entre el precio de compra y el valor nominal pagado al vencimiento.

Un bono con un vencimiento más largo generalmente pagará un interés más alto que un bono a corto plazo. Lo mismo ocurre con un bono de mayor riesgo emitido por un gobierno o empresas con una calificación crediticia baja.

Por ejemplo, un bono del gobierno mexicano canjeable en 5 años puede rendir 6.3% bruto por año con base en los precios actuales del mercado.

Comprar un bono podría ser una inversión relativamente segura. Sin embargo, es posible que se enfrente a dos tipos de riesgos:

– el posible colapso financiero del país emisor o corporación

– la fluctuación del precio de los bonos debido a las condiciones del mercado.

Cuando las tasas de interés de mercado aumentan, habrá un movimiento a la baja en el precio de los bonos intercambiados en el mercado financiero con un valor nominal más bajo: en consecuencia, el rendimiento de los bonos podría disminuir.

3. Acciones

Puedes invertir en la bolsa de valores como trader, comprando y vendiendo acciones todo el tiempo; o puedes ser un inversionista “buy-and-hold”, o sea comprando una acción para mantenerla a lo largo del tiempo y obtener ingresos recurrentes a través de dividendos.

Puedes invertir directamente en una sola acción, apostando todo tu dinero a una sola posibilidad. Se trata de la estrategia más arriesgada, porque depende directamente del desempeño de esa empresa.

También puedes elegir un grupo de acciones a través de un fondo de inversión o de un  fondo cotizado (ETF por sus siglas en inglés), donde tienes una mayor protección contra la volatilidad del mercado, pero un menor retorno potencial.

El principal índice bursátil mexicano, MSCI México, ha tenido un rendimiento neto promedio anual de 2.38% en los últimos 5 años, con una gran volatilidad de un año a otro,  por ejemplo: un crecimiento de 15,97% en 2017, una disminución de 15.53% en 2018.

El mercado financiero puede ser una buena estrategia para invertir tus ahorros, pero es realmente arriesgado porque todo depende de la volatilidad del mercado y de las condiciones económicas en el momento de la compra. Por lo tanto, no es una forma estable de asegurar tu patrimonio para el futuro.

4. Sector inmobiliario

La mejor manera de crear y acumular una riqueza estable y rentable es utilizando tus ahorros para comprar una casa, ya sea como pago inicial o como pago total del precio de compra. A través de este tipo de decisión, puedes lograr los tres objetivos de cada estrategia de inversión: proteger tu capital, aumentar tu riqueza y obtener ingresos recurrentes.

• La compra de una casa generalmente te convierte en el único dueño de tu propiedad, a diferencia de la compra de bonos, donde solo estás prestando dinero a gobiernos o corporaciones. O cuando compras acciones, donde obtendrás la propiedad de una parte bastante más pequeña de ese negocio.

Ser dueño de una propiedad inmobiliaria mediante el uso de tus ahorros, te brinda la oportunidad de crear una riqueza que puede crecer en el futuro.

• Desde el punto de vista financiero, ser propietario de una propiedad inmobiliaria ofrece a los inversores la oportunidad de acumular riqueza a lo largo del tiempo de forma constante y evitar los altibajos del mercado de valores. Los bienes raíces representan la mejor inversión si deseas crear y hacer crecer un patrimonio personal para tu futuro y el de tu familia, confiando en un ingreso de alquiler regular y / o una apreciación creciente del valor de la propiedad a lo largo del tiempo.

Esto es particularmente cierto si decides comprar una propiedad en un lugar de alto crecimiento como la Riviera Maya.

Desde el principio, puedes estar seguro del rendimiento potencial de la inversión de una propiedad específica. De hecho, basta conocer algunos datos históricos disponibles:

– Ingresos de alquiler esperados en la ubicación que elija.

– Gastos operativos que correrán con su propiedad.

– Ingresos operativos netos de su inversión, calculados restando los gastos operativos de los ingresos por alquiler esperados – el EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización/Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization) en un análisis de informe financiero.

– Plusvalía promedio de inmuebles comparables.

• A diferencia de los inversionistas en acciones y bonos, como propietario de un bien inmueble, puedes apalancarte (leverage) con un crédito hipotecario para comprar una propiedad pagando una parte del costo total por adelantado mediante un pago inicial/enganche y luego liquidar el saldo más los intereses a lo largo del tiempo.

Existen métricas financieras que pueden calcular el retorno de la inversión en función de diferentes niveles de porcentaje de financiación y, por lo tanto, de los ahorros utilizados como enganche.

En particular, podemos utilizar la Tasa Interna de Retorno (TIR), a través de la cual se puede calcular el rendimiento anual en un período de tenencia de propiedad de 3 o 5 años.

Suponiendo un crecimiento anual de la renta de 3.5% y una plusvalía del 10% por año, la TIR a 5 años de una propiedad moderna ubicada en el centro de Playa del Carmen, puede ser del 17% sin apalancamiento, pagadero en su totalidad sin financiamiento.

Pero, si consideramos financiar el 50% del precio de compra, la TIR podría aumentar al 30%: debido a que la TIR, y su retorno sobre el efectivo invertido, es mayor cuando aumenta el apalancamiento, esta estrategia puede representar un riesgo financiero mayor.

Con Maya Ocean Real Estate, puedes elegir ser un inversionista a largo o corto plazo, porque en la Riviera Maya el mercado es tan vívido que es muy fácil obtener ganancias a través de rentas vacacionales o de largo plazo o vendiendo tu propiedad en un futuro  ganando una mayor plusvalía natural con el paso del tiempo.